Nunca imaginé que un masaje pudiera proporcionarme la sobredosis (si cabe la expresión) de cariño, atención y relajación, que Paula me prodigó durante 90 minutos, a través de su total presencia, como si yo fuera la única criatura que quedara en este planeta para cuidar.

La experiencia es profunda y la recomiendo además por el respeto con que Paula entra en contacto con los cuerpos energéticos sutiles y luego con profunda entrega y humildad contacta con el cuerpo físico, combinando técnicas de Abhyanga y Masaje Thai, para producir un efecto maravilloso.