Facilitamos sesiones de mindfulness:

Camilo y Paula son practicantes de la tradición de Thich Nhat Hanh desde hace 8 años, han recibido los 5 Entrenamientos de la Atención Plena en el monasterio de Plum Village y han ayudado a conformar la Sangha de Bogotá durante los últimos 3 años. En el taller no pretendemos enseñar una doctrina o una técnica, simplemente queremos compartir nuestra propia experiencia en el Dharma (la enseñanza), como individuos y como familia, aprender de las experiencias de los demás y expandir la luz que ya habita en todos.

MEDITACIÓN SENTADA

“Estar vivo es un milagro… la meditación sentada es una forma de celebrar la vida…”

La meditación sentada es para nosotros un modo de volver al hogar y darnos a nosotros mismos cuidado y atención plena. Cada vez que nos sentamos, ya sea en el salón, al pie de un árbol, o sobre un cojín, dirigimos nuestra atención plena a lo que está adentro y a lo que nos rodea. Dejamos que nuestra mente se haga espaciosa y nuestro corazón amable y suave. Con unos pocos minutos sentados de esta forma, podemos restablecernos completamente. Cuando nos sentamos en paz, respirando y sonriendo con consciencia, tenemos soberanía sobre nosotros mismos.

La meditación sentada es muy curativa. Podemos estar con lo que quiera que haya en nuestro interior, ya sea dolor, ira, irritación, alegría, amor, o paz. Estamos con lo que haya en ese mo­mento, sin ser arrastrados. Lo dejamos venir, lo dejamos estar y lo dejamos ir. No hay necesidad de presionar, oprimir, o pretender que nuestros pensamientos no están allí. En lugar de esto, podemos observar los pensamientos e imágenes en nuestra mente con ojos amorosos y de aceptación. A pesar de las tormentas que surjan en nosotros, permaneceremos con quietud y calma. Al sentarnos y respirar, producimos nuestra verdadera presencia en el aquí y ahora y la ofrecemos al mundo. Este es el propósito de sentarse: estar aquí, completamente vivos y totalmente presentes.

La meditación sentada puede ser una alegría. Nos sentamos de tal modo que nos sentimos relajados y felices durante el tiempo que permanecemos sentados. Sentarse no es un trabajo duro, ni una incomodidad. Es una oportunidad para disfrutar de tu propia presencia, la presencia de tu familia o la de tus compañeros de práctica, la tierra, el cielo y el universo. Sin esfuerzo.

*Sesiones guiadas de 30 minutos., individual o en colectivo.

MEDITACIÓN CAMINANDO

Constantemente caminamos, pero con frecuencia se trata más de correr de un lado a otro. Nuestros apresurados pasos imprimen sobre la tierra ansiedad y pesar. Si podemos dar un paso en paz, podemos dar dos, tres, cuatro y después cinco pasos por la paz y la felicidad de la humanidad y de la Tierra.

En la meditación caminando,  caminamos tan sólo por disfrutar caminando. Caminar sin llegar, esta es la técnica. Hay una palabra en sánscrito, apranihita que significa “sin deseo o finalidad”. Cuando practicamos la meditación caminando, lo hacemos con este espíritu. Disfrutamos del caminar, sin ninguna finalidad o destino particular. Nuestro caminar no es un medio para conseguir un fin. Caminamos por el placer de caminar.

Siempre que no estemos de pie, sentados o tendidos, estamos en movimiento. Podemos aprender a movernos y a caminar con consciencia. No hace falta correr. Con cada paso hemos llegado al momento presente. Con cada paso somos conscientes de que seguimos con vida, no nos dejamos llevar por nuestros pensamientos y emociones.

En esta sesión podemos entrenarnos para practicar la meditación caminando durante el día entero. Simplemente caminamos por caminar. Caminamos con libertad y solidez. Sin correr más. Estamos presentes con cada paso. Es una práctica maravillosa que podemos hacer en cualquier lugar y a cualquier hora: por eso tiene la capacidad de transformar nuestra vida cotidiana.

*Sesiones guiadas de 30 minutos., individual o en colectivo.

COMPARTIR

Esta práctica nos enseña una manera especial para compartir nuestras experiencias, alegrías, dificultades y preguntas relacionadas con la vida misma. Practicamos la escucha profunda cuando otros hablan, la cual ayuda a crear un ambiente tranquilo y receptivo. Cuando aprendemos a hablar amorosamente sobre nuestra felicidad y nuestras dificultades en la práctica, contribuimos a la comprensión profunda (insight) colectivo de nuestra sociedad.

Hablamos directamente de nuestras propias experiencias en vez de enzarzarnos en ideas abstractas y temas teóricos. Sabemos que muchos de nosotros compartimos dificultades y aspiraciones similares. Reconocemos nuestra verdadera conexión entre nosotros cuando nos sentamos, escuchamos y compartimos en grupo. Por favor, recuerda que todo lo que se comparte durante el tiempo de “compartir el Dharma” es confidencial. Si un amigo comparte una dificultad que está viviendo, respetamos su deseo de hablar o no sobre ese tema fuera del círculo.

El objetivo de la práctica de compartir consiste en aprender en un colectivo de las experiencias de cada uno y sentirnos como hermanos y hermanas.

*Sesiones guiadas de 60 minutos, en parejas o en colectivo.

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